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¿Por qué invertir en sostenibilidad?

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Actualmente, existen varias pruebas de que el cambio climático es real. Según la NASA, se ha producido un aumento de la temperatura media de la Tierra de 1,18ºC desde el inicio de la Revolución Industrial. Aunque el confinamiento generalizado en 2020 ha tenido un efecto muy positivo en las emisiones generadas a nivel mundial, se espera que, con la recuperación económica, estas emisiones vuelvan a los niveles anteriores a la pandemia, como ocurrió tras la crisis financiera de 2008-2009.

Por lo tanto, es crucial poner en marcha medidas disruptivas para lograr la neutralidad en carbono, ya que es la única manera de garantizar la sostenibilidad del planeta a largo plazo.

La importancia de una acción rápida

Para combatir esta emergencia mundial, 195 países se comprometieron en el Acuerdo de París de 2015 a reducir las emisiones de dióxido de carbono ya en 2020 y a fijar el aumento de la temperatura de la Tierra en 1,5ºC respecto a los períodos preindustriales. La Unión Europea también reforzó esta intención a finales de 2019, definiendo como objetivo de la UE alcanzar la neutralidad en carbono hasta 2050, a través del Pacto Ecológico Europeo. Sin embargo, varios expertos afirman que es necesario pasar rápidamente de la teoría a la práctica, ya que la última década (2011-2020) fue la más cálida de la que se tiene registro y los tres años más cálidos fueron todos desde 2016. 

Qué hay que hacer 

Las emisiones de carbono a la atmósfera disminuyeron un 9% durante el primer semestre de 2020, cuando la pandemia obligó a la mayoría de las economías a cerrar durante semanas. Para alcanzar el objetivo de calentamiento global de 1,5°C, es necesario que se produzca una reducción similar cada año durante la próxima década. Para ello, se pueden seguir dos enfoques complementarios: la adaptación y la mitigación.

La adaptación se define como el ajuste de la vida en sociedad a un clima cambiante. El objetivo es reducir la vulnerabilidad de las personas a los efectos adversos del cambio climático, como la subida del nivel del mar, la inseguridad alimentaria o los fenómenos meteorológicos extremos. Esto significa no sólo planificar la respuesta a tales eventos climáticos, como instalar defensas contra la subida del nivel del agua, sino también maximizar el uso de cualquier oportunidad beneficiosa que pueda surgir, como cosechas más largas y productivas.

Por otro lado, la mitigación se caracteriza por reducir la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) a la atmósfera. Para ello, se puede actuar o bien reduciendo las fuentes de producción de estos gases o bien aumentando los elementos neutralizadores de los mismos. La empresa Breakthrough Energy, fundada en 2015 por Bill Gates y otros inversores preocupados por el clima, informa de que los volúmenes de emisiones de carbono a la atmósfera se distribuyen así: 31% Industria Productiva, 27% Electricidad, 19% Agricultura, 16% Transporte y 7% Edificios.

Dado que la industria de producción es el mayor emisor de gases a la atmósfera, es fácil comprender la relevancia de este tema para todos los productores. 

Cómo hacerlo en la industria de procesos

En la industria de procesos, en la que predominan los equipos de alta cadencia, esta transformación debe comenzar siempre con una evaluación de la huella. 

Basada en el Análisis del Ciclo de Vida, un estándar internacionalmente reconocido para estimar el impacto que un producto tiene en el planeta, esta evaluación comienza con la definición de los objetivos de sostenibilidad de la organización. A continuación, se traza un mapa de todos los tipos de impactos ambientales para la producción del producto final y se define una lista de proyectos que deben aplicarse para alcanzar estos objetivos. 

Los proyectos definidos pueden actuar en tres grandes áreas distintas: operaciones, cadena de suministro y diseño de productos. En las operaciones, el objetivo es reducir el impacto dentro de la planta, mejorando el consumo de energía, materiales, agua y gases contaminantes en todo el proceso de producción. A su vez, la actuación en la cadena de suministro presupone la colaboración con los proveedores anteriores y posteriores para que también reduzcan su huella ecológica. En cuanto al diseño del producto, el objetivo está relacionado con el uso de materiales reciclados o ecológicos y la maximización del ciclo de vida del producto.

Como en cualquier iniciativa estratégica, el éxito de un proyecto de esta naturaleza depende de la involucración de los directivos y los trabajadores. Por lo tanto, es crucial asegurar que, en paralelo a las actividades descritas anteriormente, este proceso sea liderado por los directivos, asegurando la concienciación medioambiental en toda la empresa. Esto puede hacerse, por ejemplo, indexando la remuneración variable a los objetivos sostenibles, formando a todos los trabajadores sobre el tema o aumentando la comunicación interna, concretamente a través de los informes de sostenibilidad.

No cabe duda de que la década actual será decisiva para superar la actual emergencia climática. Al tratarse de un problema enorme y presente en todo el mundo, es necesario que todas las partes interesadas cumplan con su parte y, principalmente, que la industria lidere este cambio.

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